A la mesa del señor


A la mesa del señor
nunca falta el gordo cura
que tiene su sinecura
de indiscreto confesor.


Desde lejos ha venido
con su acento chapetón
y este cura gordiflón
¡para comer ha nacido!
En la sotana embutido
haga frío, haga calor
con cuchara y tenedor
dispuesto para el banquete
llega moviendo el bonete
a la mesa del señor.


Del gran señor se hizo yunta
pese a que este en su accionar
con todo quiere arrasar
cual hormiga marabunta.
Siempre al salir se pregunta
¿qué querrá este caradura?
sudorosa la tonsura
y corriendo como un gamo
a los llamados del amo
nunca falta el gordo cura.


Y el cura que nació chueco
oye con una sonrisa
decir al amo en la misa
“vengo de tapar un hueco”.
Seguirá haciéndose el sueco
mientras viva con holgura,
ante feudal desmesura
su adulación no es pacata
dice ¡allí! la cucufata
que tiene su sinecura.


Su atención no la concentra
en María ni en los santos
y a los jaraneros cantos
sin que lo inviten se adentra.
Con frecuencia se le encuentra
¡comiendo más y mejor!
aspira a ser Monseñor
qué lindo sueño anhelado
por eso sigue empeñado
de indiscreto confesor.


* planta de la décima “El señor feudal” de Nicomedes Santa Cruz

© 2005 Luis Bárcena Giménez
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