El tiempo no se detiene


El tiempo no se detiene
con amor ni con dinero,
la muerte es su mensajero
y muy tarde nos previene.


De los humanos rebaños
moros, judíos, cristianos
el tiempo convierte en canos
pelos negros y castaños.
Con su cargamento de años
para envejecernos viene,
por los dominios que tiene
cabalga veloz su potro
y por este o por el otro
el tiempo no se detiene.


Y aunque el humano le alfombre
el camino por si él para
no es ninguna cosa rara
que ese camino se escombre.
Por el contrario del hombre
al que tiene prisionero
el tiempo es un justiciero
al que nada lo encadena
y como tal no se frena
con amor ni con dinero.


Querer tomar su medida
para hacerlo comprensible
resulta casi imposible
pues siempre está de partida.
Por sobre el tiempo y la vida
solo está el Dios verdadero
y del tiempo duradero
nacido en la Creación
cumpliendo bien su función
la muerte es su mensajero.


Tiene “parca” por apodo
apodo que hace temblar
por la vida suele estar
aguardando en un recodo.
Muy indiferente a todo
lo mejor que nos conviene
la muerte al tiempo se aviene
y a nuestra vida irredenta
llega normal o violenta
y muy tarde nos previene.


* planta de la décima “Nada en este mundo dura” de Nicomedes Santa Cruz

© 2005 Luis Bárcena Giménez
Share on Google Plus

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.