Contoneando la cadera


Contoneando la cadera
al son de una tonadilla
hace silbar la escobilla
una negra lavandera.


La negra es madrugadora
sobre todo pa’ lo malo
pues con su cara de palo
en el caño se demora.
Calcula que hace una hora
la vecina está que espera
y como si no existiera
ya que enfadarla persigue
ella su canto prosigue
contoneando la cadera.


A vecina antigua y nueva
verla en nada las alegra
cuando al caño va la negra
¡del caño no hay quien la mueva!
Pa’ hacerse “más mala” lleva
en la boca una colilla
aunque es más que palomilla
y le gusta la pelea
lava la ropa en batea
al son de una tonadilla.


“El que goza de renombre
(conversa con su conciencia)
yo lo sé por experiencia
limpio tiene ¡solo el nombre!
Sacar la mugre de un hombre
no es una cosa sencilla...”
y al ver la mancha amarilla
de su negro dormilón
refregando el pantalón
hace silbar la escobilla.


La han visto las criaturas
niños pobres pero buenos
que en los cordeles ajenos
suele hacer sus travesuras.
Para insultar con lisuras
es de palabra ligera,
como la tienen por fiera
aprovecha su tamaño
y se apodera del caño
una negra lavandera.


* planta de la décima “Callejón de un solo caño” de Nicomedes Santa Cruz

© 2005 Luis Bárcena Giménez
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