En una mesa criolla


En una mesa criolla
de carapulca y tamales
olvido todos los males
en que la vida me embrolla.


Ante nadie yo me achico
aunque en otro lar esté
puesto que de cuna sé
¡que en Perú se come rico!
Como lo hacía Don Nico
¡enrumbaba para la olla!
y ahora que se me abolla
el estómago al penar
sueño con volver a estar
en una mesa criolla.


Por traspasar la frontera
en un temerario viaje
hoy ansío ese potaje
con música jaranera.
En la mesa ver quisiera
compatriotas comensales,
observando los modales
poco a poco comería
pero sí que me hartaría
de carapulca y tamales.


Si bien estoy alejado
de mi tierra y de mi gente
como que tengo buen diente
¡en el gusto no he cambiado!
Y yo que fui alimentado
con productos naturales
entre charlas amicales
degustaba todo plato
con este recuerdo grato
olvido todos los males.


Tengo una labor activa
que a mi estómago lo esculca
y como no hay carapulca
su deseo más lo aviva.
De tanto pasar saliva
el paladar se me ampolla
mas con salsa de cebolla
aquí en estas latitudes
afronto vicisitudes
en que la vida me embrolla.


* planta de la décima “Soy un negro sabrosón” de Nicomedes Santa Cruz

© 2005 Luis Bárcena Giménez
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