Los ungüentos de ternura


Los ungüentos de ternura
no me han hecho casi nada;
los recuerdos en pomada
aumentan mi calentura.


El alma tengo deshecha
por pensar en la de “afuera”
teniendo una compañera
en casa, buena y derecha.
Mi mujer aún no sospecha
la causa de mi locura
ella me atiende y procura
mantenerme motivado
pero no dan resultado
los ungüentos de ternura.


De la otra mujer su encanto
en mi memoria se aclara
como toda la acapara
no hay sitio pa’ ningún santo.
Yo me acuesto y me levanto
con la mente obsesionada
pues de mi mujer confiada
al contrario de las cosas
sus caricias amorosas
no me han hecho casi nada.


Con el semblante marchito
me veo cuando amanezco
pasa el día y anochezco
con el corazón contrito.
Hasta en sueños me repito
de que ella es agua pasada,
estoy en la encrucijada
porque olvidarla es mi meta
mas vienen de la coqueta
los recuerdos en pomada.


Mi mujer me da la dicha
confiando en mí ciegamente
y pa’ mal pago mi mente
con la otra se encapricha.
No hay como la susodicha
para un baile de cintura
de la vida en esta altura
no pertenezco a los cuerdos
porque de ella los recuerdos
aumentan mi calentura.


* planta de la décima “Por la gripe que he cogido” de Nicomedes Santa Cruz.

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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