Cuando Arequipa amanece


Cuando Arequipa amanece
es fresca como una niña,
su policroma campiña
bellos colores ofrece.


A Arequipa tres guardianes
le cuidan bien el terreno
pues ella tiene en su seno
¡templos, casonas, zaguanes!
Delante de sus volcanes
orgullosa permanece,
el alma rejuvenece
lo mismo que el sentimiento
porque nos llega su aliento
cuando Arequipa amanece.


Lo dice toda la gente
que en esta tierra hay salud,
ya que Arequipa en virtud
¡goza de clima excelente!
El sol siempre está presente
en la ciudad y en la viña,
los nubarrones aliña
a diario su azul nirvana
y ella así cada mañana
es fresca como una niña.


Yo lo digo sin engaños
que sé distinguir sus cantos
ya que todos sus encantos
¡para mí no son extraños!
El abrigo de los años
el tiempo hizo que me ciña
y la infaltable morriña
me viene como un torrente
cuando yo evoco en mi mente
su policroma campiña.


El retornar al pasado
me permite contactar
con ese blanco sillar
que está de verde rodeado.
Al estar muy alejado
mi afán por mirarla crece
ella a mí me reverdece
pues mentalmente hago un viaje
y veo que su paisaje
bellos colores ofrece.


* planta de la décima “Arequipa” de Nicomedes Santa Cruz.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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