Recordando al Redentor
la Pascua pone en el mundo
un sentimiento profundo
de paz, ternura y amor.
Al mirar sus rostros, calla
por las muestras de amistad
y él en su intimidad
libra una dura batalla.
La gente pese a que falla
se esfuerza por ser mejor,
se arrepiente el pecador
humilde les pide cupo
y ora junto con el grupo
recordando al Redentor.
Se confiesa y corre en pos
de obtener la eucaristía
y prometiendo este día
a la inquina dice ¡adiós!
Un día que para Dios
equivale a un segundo,
mensaje de paz rotundo
venido del mismo cielo
cual un manto de consuelo
la Pascua pone en el mundo.
Ve que la enorme distancia
muchas veces insalvable
gracias a un gesto amable
salva la perseverancia.
Se aviva la tolerancia
entre rico y vagabundo
y del mortal iracundo
la Pascua penetra el alma
para dejarle de calma
un sentimiento profundo.
Al saber que habrá quien vibre
con las cosas más sencillas
pide también de rodillas
que la tierra se equilibre.
La gente quiere estar libre
de violencia y resquemor,
Jesús escucha el clamor
que hay en todas las naciones
y llena los corazones
de paz, ternura y amor.
* planta de la décima “La tregua”de Nicomedes Santa Cruz
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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