A quien quiera le aseguro
que no se compra el amor
cuando tiene ese calor
franco, noble, digno y puro.
En todas partes ondea
del idilio la bandera
cada ser a su manera
en su interior la recrea.
Y aunque en el mundo campea
un maléfico conjuro
cuando el corazón ¡no es duro!
no ve en el dinero socio
ni hace del amor negocio
a quien quiera le aseguro.
Hay hombre y también mujer
(mucho más hay del primero)
que amparado en el dinero
equivoca su querer.
La plata le da poder
y se convierte en postor
ante osado comprador
la mujer guarda su prenda
y le dice en reprimenda
que no se compra el amor.
El dinero nunca ensalma
ni manda en el corazón
solo sirve de razón
para no vivir con calma.
El amor borra del alma
llanto, amargura y dolor
y añadiéndole el valor
de que es ¡un dulce hogar!
nadie se hace de rogar
cuando tiene ese calor.
Pasa el hombre de implorar
a tratar como a un juguete
y cree que el dar billete
es sinónimo de amar.
El amor quiere comprar
como se compra un seguro
mas ningún poder oscuro
compra al amor verdadero
porque tiene un derrotero
franco, noble, digno y puro.
* planta de la décima “La plata es muy codiciada”de Nicomedes Santa Cruz
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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