Con tu nuevo despertar
tendrá nueva brisa el viento,
nueva luz el firmamento
y nuevas aguas el mar.
En tu vida circunspecta
y con solo veinte abriles
contraria a los seres viles
a lo bueno eres afecta.
De tu belleza perfecta
¡cuánto quiero disertar!
tú me podrás insertar
en un mundo halagüeño
al poner fin a un mal sueño
con tu nuevo despertar.
Cuando la noche está bruna
veo en tu imagen mi guía
y pienso con alegría
¡ser como eres, es fortuna!
Tú vienes desde la cuna
con un noble sentimiento,
empujado por tu aliento
animándolo a buen fin
hasta en el mismo confín
tendrá nueva brisa el viento.
No puedo exigirte nada
a tu merced estaré
y otra noche pasaré
¡si en ti viene la alborada!
Me bastará tu mirada
para aliviar mi lamento,
las tinieblas y el tormento
entrarán en decadencia
pues tendrá por tu presencia
nueva luz el firmamento.
Sin titubear un segundo
aunque tú no te percatas
cuando caigo me rescatas
¡desde el abismo profundo!
Me alegra saber que al mundo
has venido para amar,
a la sombra del palmar
contendrán cuando tú vayas
nuevas arenas las playas
y nuevas aguas el mar.
* planta de la décima “A la muerte no le temas” de Nicomedes Santa Cruz
© 2005 Luis Bárcena Giménez
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