La plata con su poder
al paria le da buen nombre,
convierte en perdido al hombre
y en pérfida a la mujer.
Nombra al falsario por franco
limpiándolo de pecado
y está muy bien demostrado
que al negro lo vuelve blanco.
Con una cuenta en el banco
se compra el carnal placer,
codiciada por doquier
usa su mágica vara
y a todos desenmascara
la plata con su poder.
Hay unos que desparraman
sus migas y ¡no se encogen!
mas cuando otros las recogen
se molestan y reclaman.
Cuando al miserable llaman
¡lo llaman por un pronombre!
pero que nadie se asombre
si el dinero hace que mande
puesto que con letra grande
al paria le da buen nombre.
Cuando no hay quien rechace
su riquísimo historial
es en mundo material
el más efectivo enlace.
¡Cuántas tropelías hace
tanto rico y con renombre!
pues teniendo quien lo escombre
se pasa de pendenciero
porque el poder del dinero
convierte en perdido al hombre.
Rompe todos los arcanos
¡los que se dejan romper!
y también podemos ver
que pasa por muchas manos.
La plata entre los humanos
intrigas suele tejer
y el nefasto proceder
causado por la ambición
convierte al hombre en ladrón
y en pérfida a la mujer.
* planta de la décima “Nadie sabe lo que tiene” de Nicomedes Santa Cruz
© 2005 Luis Bárcena Giménez
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