Por los negros socavones
del ombligo de la roca
bajaron chacchando coca
y tosiendo los pulmones.
Con el hambre despertaban
los mineros de los Andes,
sufriendo desgracias grandes
¡la guardia ellos no bajaban!
A la mina caminaban
semejando apariciones
y en extremas condiciones
mientras dormía otra gente
trabajaban febrilmente
por los negros socavones.
De los rayos el estruendo
que la tierra estremecía
ninguno de ellos lo oía
¡dentro del hoyo horrendo!
El esfuerzo era tremendo
pero la paga muy poca
y a cambio de esa bicoca
con su labor proseguían
puesto que todos vivían
del ombligo de la roca.
Por el hijo, la mujer
los padres y los hermanos
estos mineros peruanos
iban al amanecer.
De antaño ese menester
la Providencia no troca,
metido el bolo en la boca
según costumbre ancestral
a sacar el mineral
bajaron chacchando coca.
El cansancio compartían
la alborada y el ocaso
el triunfo como el fracaso
¡y lo poco que tenían!
A diario se las veían
con ruidosas explosiones,
de polvo entre nubarrones
obtuvieron su apoteosis
respirando silicosis
y tosiendo los pulmones.
* planta de la décima “Nochemala” de Nicomedes Santa Cruz
© 2005 Luis Bárcena Giménez
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.