Vivía un pobre serrano


Vivía un pobre serrano
en una choza sin techo,
daba pena ver el lecho
donde dormía este anciano.


A narrar me han convidado
y lo que voy a narrar
quisiera poder cambiar
por un hecho afortunado.
Mi relato está centrado
en territorio peruano,
en el páramo lejano
donde el cóndor es señor
soportando su dolor
vivía un pobre serrano.


Alimento no probaba
de ese que come la gente
por costumbre el indigente
solo su coca chacchaba.
Para dormir él juntaba
las rodillas con el pecho
y diariamente maltrecho
por una miseria impía
del frío se guarecía
en una choza sin techo.


A su choza por austera
no arrimaban ni las hiedras
y era un conjunto de piedras
camino a la cordillera.
En la parte delantera
había un yermo barbecho
dentro del ambiente estrecho
a la primera impresión
arrumado en un rincón
daba pena ver el lecho.


Coca me dio hospitalario
con insólita alegría
pues de humana compañía
no experimentaba a diario.
Era un hombre solitario
en el padecer baquiano
y en su recinto infrahumano
que no contaba con cama
encontré el cuero de llama
donde dormía este anciano.


* planta de la décima “Chocero, techa tu choza” de Nicomedes Santa Cruz

© 2005 Luis Bárcena Giménez

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