Cuando algún dolor me queja
mi madre lo soluciona,
el más torpe reflexiona
cuando mi madre aconseja.
Yo cometo la torpeza
de descuidar mi salud
mi madre esta ingratitud
la cura con su nobleza.
Pueda que tenga tristeza
pero esconde bien la queja,
con el remedio en bandeja
y su corazón paciente
está mi madre presente
cuando algún dolor me aqueja.
Me basta con su mirar
al que acompañan sus manos
y sus latidos humanos
para empezar a sanar.
Es cosa para admirar
cómo su mente funciona
si primero la impresiona
el mal que causa dolor
con fe, esperanza y amor
mi madre lo soluciona.
Es la vieja favorita
de bastante juventud
porque tiene la virtud
de saber quién necesita.
Aunque ella no es erudita
las ideas relaciona
nadie su bondad cuestiona
y su auxilio no es arcano
y como siempre va al grano
el más torpe reflexiona.
Se libra de una caída
quien a ella le hace caso
pues indica que un mal paso
da la mujer distraída.
A persona retraída
rápido desacompleja,
un nuevo día bosqueja
en su cabeza el oyente
porque se gana a la gente
cuando mi madre aconseja.
* planta de la décima “La madre para cien hijos” de Nicomedes Santa Cruz
© 2005 Luis Bárcena Giménez
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