Se ampara la triste muda


Se ampara la triste muda
en saco de tres botones.
Esconden los pantalones
al calzoncillo que suda.


Mi primo Tito Gordillo
es un marrano parado
tanto por lo que ha engordado
como por ser tinterillo.
De sebo ya tiene el brillo
y el polvo viene en su ayuda,
y hasta que la percuda
y la haga aumentar de peso
en el cuerpo de este obeso
se ampara la triste muda.


Sus ternos sucios ¡rugosos!
él no los suele llevar
porque los puede estirar
con cien kilos adiposos.
Sus hombros voluminosos
semejan dos almohadones,
se preguntan los fisgones
¿cómo es que lo habrán medido?
pues siempre para embutido
en saco de tres botones.


Con frecuencia le hace ajustes
a la correa obsoleta
y el cierre de la bragueta
le crea desbarajustes.
En la chamba con embustes
se ha ganado los galones,
esforzando sus jamones
tras los incautos cabalga
y a las justas cada nalga
esconden los pantalones.


“Hace un mes lo tiene puesto”
(esto me dijo su esposa)
“como si fuese gran cosa
le está sacando el impuesto”.
Para el chanchullo dispuesto
con su cara mofletuda
cual presidente saluda
y luego exhala un suspiro
pero no le da respiro
al calzoncillo que suda.


* planta de la décima “El saco y el pantalón” de Nicomedes Santa Cruz

© 2005 Luis Bárcena Giménez

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