Noche a noche, día a día


Noche a noche, día a día
sin darse tregua un minuto,
bueno y malo, sabio y bruto
se matan a sangre fría.


Cual gladiador en la arena
el malevo del solar
para salir a matar
no pierde tiempo y se entrena.
Consigue cortar la vena
y da inicio a la sangría,
la muerte viene a la orgía
invitada por el hombre
y así gana más renombre
noche a noche, día a día.


En la maldad el que es diestro
lleva aquí la delantera
pero a la vuelta lo espera
otro malo que es “maestro”.
El proceder es siniestro
por el dominio absoluto,
el gigante, el diminuto
con revólver o puñal
luchan con odio mortal
sin darse tregua un minuto.


El diablo está en la jugada
y los incentiva a todos
y en los oscuros recodos
se clava la puñalada.
La gente está acostumbrada
a los velorios y al luto,
carácter irresoluto
ninguno en el barrio ostenta
y es por eso que se enfrenta
bueno y malo, sabio y bruto.


Y a la mujer disputada
por no complacer a dos
a la presencia de Dios
la mandan despatarrada.
Los testigos “no ven nada”
pues sufren de miopía,
delante del policía
que mira para otro lado
el novato y el rankeado
se matan a sangre fría.


* planta de la décima “El Porvenir” de Nicomedes Santa Cruz

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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